Macri ganó por partida doble
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Uricio Macri resultó el gran ganador de las primarias porteñas. Sergio Massa, el gran perjudicado. Horacio Rodríguez Larreta el casi seguro nuevo jefe de gobierno porteño. Los festejos más extendidos, sin embargo, corrieron por cuenta del Frente para la Victoria, que según el recuento provisorio resultó tercero y consiguió un resultado peor que el de elecciones ejecutivas anteriores.
Es cierto que en sentido estricto estas PASO resultan incomparables, porque son las primeras que se hacen en la ciudad. Como en la Argentina lo único constante en materia electoral es que las reglas siempre cambian, las PASO inauguraron en la capital del país un sistema de tres tiempos, que será en dos si no hay ballottage. Para evitar el ballottage el Pro necesitará sumar algo más de dos puntos a la cosecha que logró con dos precandidatos. Obtenía esta madrugada 47,3 de los votos, prácticamente la misma marca de la fórmula Macri-Vidal en la primera vuelta de 2011 (47,07). Esa marca fue la que le confirió a Macri pocos días después el arrollador 64,27 de la segunda vuelta que aún hoy lo sustenta como jefe de gobierno: es muy difícil vencer en un ballottage a un candidato que en primera vuelta queda a un escalón de la mayoría absoluta. En 2003 la fórmula Macri-Rodríguez Larreta ganó la primera vuelta y perdió la segunda (en manos de Ibarra-Telerman), pero en la primera Ibarra y Macri habían quedado a cuatro puntos de distancia.Lo de ayer no fue una primera vuelta sino, en teoría, una elección destinada a resolver la competencia interna de los partidos, y en la práctica, también, una medición preliminar interpartidaria, especie de ensayo general para los comicios de fondo locales con fuerte impacto nacional. Lo que a la postre benefició a Macri en forma mayor a la esperada, el triunfo de su delfín Rodríguez Larreta sobre la rebelde Gabriela Michetti, es correlativamente lo que perjudica a Massa, afectado ya por la estrepitosa derrota de su candidato Guillermo Nielsen. Massa, como se sabe, apostaba a Michetti; incluso le ofreció ayuda, que ella no aceptó. Desperfilado en la carrera presidencial necesitaba un traspié de Macri, no un gol de media cancha.
Macri ganó doble, porque revalidó la ciudad y su liderazgo político al mismo tiempo. Ahora necesita cubrir las heridas de la fogosa interna, tarea que inició anoche en el escenario del triunfo y que con buen tino no sobreactuó, lo mismo que bailó por un tiempo limitado.
Por otra parte Martín Lousteau, quizás el más destacado exponente de la política de figuras fuertes y partidos frágiles, hizo una muy buena elección. A la vez testimonió el extraño laberinto de alianzas que se cruzan en las elecciones presidenciales y distritales de este año, como lo dejó a la vista Elisa Carrió cuando felicitó con cariño a Macri, su rival en la ciudad, virtual socio en la nación. Infinitas especulaciones comenzaron anoche mismo sobre el presunto traspaso de votos de Michetti a Lousteau. Hay 70 días para especular (las elecciones generales son el 5 de julio), pero esas hipótesis necesitarán demostrar que Michetti recibió votos prestados o bien que Rodríguez Larreta será refractario a una porción del electorado de Michetti. Desde luego, el primer desafío del Pro es no sufrir fugas.
"Para el ciudadano medio cada vez es más difícil entender quién gana y quién pierde "
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Como ya se puede apreciar, una consecuencia del complejo año electoral que ha quedado planteado, tanto por las alianzas cruzadas como por la repetición de elecciones, los desdoblamientos y la multiplicidad de ofertas electorales, es que todos festejan: los que ganan y los que pierden. Porque evidentemente para el ciudadano medio cada vez es más difícil entender quién gana y quién pierde. Vienen muchos domingos de elecciones, festejos no van a faltar.
Mariano Recalde dio muestras de ello con un discurso llamativamente victorioso, acompasado por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que en su caso estaba eufórico en base a un dato que se comprobó falso. "Recuperamos el segundo lugar", celebró. La gloria, por lo demás, aludía a las sucesivas derrotas que el gobierno nacional tuvo con Daniel Filmus frente al macrismo. En una estrategia opuesta a la demostrada tras las PASO mendocinas, el gobierno nacional descargó anoche a una buena cantidad de sus figuras para mostrarse triunfante independientemente de lo que dijeran las urnas. De todos modos hubo rasgos de conciencia. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, por ejemplo, quien había dicho en Salta que el triunfo del gobernador Juan Manuel Urtubey significaba "un apoyo importante para las políticas del gobierno nacional", ayer explicó sobre los comicios porteños que ninguna elección es extrapolable.
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