El poder del dinero sobre el valor de la vida

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Los descartes pesqueros son las capturas que por su escaso valor comercial se devuelven al mar. El establecimiento de unas tallas mínimas por debajo de las cuales queda prohibida la venta de peces tiene por objeto privar de todo valor comercial a los peces de talla muy pequeña, es decir, se trata de disuadir la captura al no obtenerse con ella ningún provecho económico.
Con esta técnica aumenta el beneficio económico pues el desalojo permite un mayor espacio para especies de mayor valor pero la excesiva eliminación de las presas no válidas provoca situaciones adversas como la acumulación de materia orgánica en descomposición en los fondos oceánicos perjudicando a la vida de los animales bentónicos.
Para garantizar que se cumple la prohibición, los barcos están obligados a desembarcar todas sus capturas en los puertos. Sin embargo, la normativa establece excepciones. La tripulación debe subir al barco todo el pescado extraído, anotar las cantidades en el diario de a bordo y llevarlo a tierra.
En 2014 ha entrado en vigor una ley (Política Pesquera Comunitaria, PPC) que intenta eliminar los descartes antes del 2019 en los países de la Unión Europea.
“Me parece un gran desperdicio puesto que en muchos casos se podría ganar más que tirándolo por la borda” afirma Lucía M.P, pescadera del Mercadona, “se podrían utilizar para hacer otros alimentos o bien para animales”.
Un punto de vista diferente sostiene que deberían tomarse medidas preventivas como hacer las redes con un diámetro mayor para no capturar a los ejemplares más pequeños, según Jaime F.V. trabajador del mercado de Vigo.
“Aniquilando los ecosistemas marinos acabaremos nosotros igual, pero parece que esto no importa a nadie. Llegando ya al límite de capturas en ciertas especies terminaremos por comernos los unos a los otros. Las políticas de de las grandes multinacionales alimenticias, amparadas por ciertas leyes conseguirán en no muchos años acabar con multitud de taxones marinos. Pero no importa...ayer ganó el Madrid...” declaraba Xurxo sugiriendo lo que sigue siendo importante en este país.
Pero no todo son opiniones en contra pues para gran parte de marineros supone una pérdida económica.
Ante este dilema la Confederación Española de Pesca apoya "la necesidad de reducir los descartes", pero propone que la medida se adopte de manera gradual, pues juzga que las capturas involuntarias son consustanciales a la pesca.

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