El marquetinero João Santana hace la campaña de Scioli, que lo niega, pero no convence...

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João Santana ha sido definido por los analistas como un “experto en campañas sucias”. Com esa fama no parece conveniente para um candidato ser visto como su cliente. Sin embargo el comentario persiste en la Argentina: el candidato presidencial del gobierno, Daniel Scioli, habría aceptado el ofrecimiento de Cristina Kirchner de contratarlo para cuidar su imagen, como una estrategia emergencial.

A primera vista se observa un giro en la campaña tendiente a apartarse cuidadosamente de la presidente, para no perder su apoyo, y al mismo tiempo no verse perjudicado por el gran desafío de romper el anti-kirchnerismo.

El problema de Santana, además de estar involucrado en la corrupción brasileña conocida como Lava Jato, procesado y con riesgo asegurado de ir preso, más temprano que tarde; es que para hacer una campaña sucia necesita que su cliente esté, al menos, menos sucio que su opositor, requisito que Daniel Scioli no ha podido satisfacer

No sólo porque todavía se le nota en la cara el barro de las inundaciones y sus muertos disimulados; y porque no entiende nada de imagen a pesar de acabar de rendir "Marketing" (una de las 9 materias que debe) en la UADE durante la campaña, para recibirse algún día de Licenciado en Comercio; sino también porque hubo muchos más errores, que van desde el viaje inoportuno a Italia en medio de las inundaciones de Buenos Aires, hasta la represión violenta de mujeres en Mar del Plata, durante la manifestación contra la violencia de género.

Para hacer campaña sucia contra Mauricio Macri, João Santana deberá enfrentar el desafío de atacarlo cruelmente sin que escape a la comprensión un tanto infantil de la militancia oficial.

Santana y su equipo de marketing presidencial, buscan de forma de acusar al futuro gobierno de Mauricio Macri de planear un exterminio de ciervos patagónicos, incluyendo la familia del mismísimo Bambi, para hacer el mismo patê que Menem y Yabrán hicieron en abril de 1997, cuando el Safari Club Internacional realizó en Tucson, Arizona, una entrega de premios en la que el presidente Menem se llevó el galardón de la categoría "ciervo rojo", que fue entregado a Alberto Kohan, que lo representó durante un almuerzo al que asistieron George Bush y el general Norman Schwarzkopf, comandante de la Operación Tormenta del Desierto.

Si bien es una maniobra astuta para relacionar a Macri con los 90 de Menem, tampoco se le escapa a nadie es que una organización de esta naturaleza es el caldo donde se cultiva el lobby contra la restricción de armamento y la portación de armas de fuego. Es decir, el lobby de los fabricantes y traficantes de armamento.

Tratándose de beneficiar a Scioli, lo más probable es que a Santana el tiro le salga por la culata.

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