Mrs Morton, la madre de la anestesia

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La pregunta arrastrada por muchos años fue: ¿qué pasó el 16 de octubre de 1846, a las 8 pm, en la casa de los Morton?
El Hospital General de Massachusetts, diez años después del fallecimiento del odontólogo William Thomas Green Morton, comisionó la dilucidación de los acontecimientos que respondían a la pregunta que inquietaba a la novel Sociedad Americana de Anestesiología y sus miembros, ¿qué sucedió tras la histórica primera anestesia?
En una entrevista subsecuente al hecho histórico, Morton, había admitido que aquel 16 de octubre había sido el día más feliz de su vida, sin embargo, agregó, no fue por el suceso etéreo que lo inmortalizaría en los registros anestesiológicos de la historia, sino por otra situación. Esto desencadenó una serie de hipótesis entre la comunidad médica de la época, la cual llegó a su fin diez años después, tras el descubrimiento del diario de Mrs Morton, en la cual se evidenciaron, organizados, una serie de planificaciones para la tarde de felicitación del odontólogo que se convertiría en el padre de la anestesia.
Tal sorpresa preparada por su esposa no solo fue placentera para William, sino además justa y a la medida de su hazaña pública en el Palacio del Éter. Al llegar por la noche a casa, William Morton, tras haber finalizado con éxito la cirugía de cuello del paciente Gilbert Abbott, sometido bajo anestesia inhalatoria, abrió la puerta sigilosamente para no despertar a Mrs Morton, de pronto tras subir los escalones de la casa, encontró abierta la puerta con una luz incandescente que emanaba de ella vibrante y bailadora. Inquietante fue su curiosidad que de inmediato se acercó a ella para quedarse maravillado con la despampanante silueta de su esposa, quien lucía un disfraz de seda transparente y posaba sensualmente demostrando evidentes intenciones de agasajar al héroe. Lo demás, la comisión decidió no ventilar expresamente, sin embargo se dio a entender implícitamente que hubo, tras ese gesto destacable de Mrs Morton, una seguidilla de contorsiones, intercambios de fluidos, fricciones y sonidos que no eran más que un resumen del amor de ambos.
Es por eso que, hasta la actualidad, se mantiene como tradición celebrar al anestesiólogo en su día con cuota importante de su pareja sentimental al estilo del histórico hecho, en honor a Mrs Morton y al doctor William.
Por la Anestesiología.

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