Carmena cambiará los bolardos de hierro por otros menos dañinos

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·Así lo ha han decidido 2.528 de las 3.771 personas que han respondido a esta cuestión en la primera consulta ciudadana del Ayuntamiento de Madrid.

·El Gobierno municipal califica de "éxito rotundo" la consulta.


El Gobierno regentado por Manuela Carmena se ha comprometido a atajar de raíz un serio problema que llevan sufriendo durante más de una década los madrileños: los bolardos que invaden la zona centro de Madrid.

Fue el antiguo alcalde del grupo socialista, Juan Barranco, el que urdió el sistema de bolardos en un momento de crisis del partido y con la moción de censura a la vuelta de la esquina. -"Yo me voy, pero voy a dejaros el infierno en la Tierra"- espetó entre carcajadas y, tras una nube de humos tóxicos de efecto invernadero, desapareció.

Los resultados no se hicieron esperar: los coches, intentando aparcar en el ridículo espacio que quedaba entre bolardo y bolardo, después de cien maniobras hacia delante y otras tantas hacia atrás, quedaban atrapados entre ellos o, en el peor de los casos, achatarrados o ardiendo tras los continuos millones de roces con la carrocería del vehículo. Algunos bolardos estaban incluso programados para acercarse al vehículo cuando el conductor no miraba por el retrovisor, como en el "escondite inglés".

Por otra parte, estaban los ciudadanos de a pie. Al principio, sólo se destrozaban las canillas los viandantes despistados que iban leyendo el periódico por la calle, los borrachos, Stevie Wonder y pocos más. Más adelante, surgieron los teléfonos móviles y ahora la gente, idiotizada, no sabe por dónde va ni le importa, con lo que sólo se salvan de romperse las piernas los que no tienen teléfono móvil o los que no tienen piernas.

El consistorio madrileño, consciente de este problema, ha informado de lo que será la próxima y definitiva solución: cambiar los bolardos de hierro por otros de hojaldre recubierto de chocolate. De esta manera, será mucho más llevadero arañar la pintura del coche, aunque los talleres de chapa y pintura, en los que el operario de turno sólo tendrá que pasar la lengua por la carrocería, no han confirmado bajada de precios, debido a los riesgos de salud añadidos provocados por el aceite de palma contenido en estos alimenticios elementos (EFE).

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