¡LO QUE NO TE HABÍAN CONTADO! Así se tomaron Barranquillita los ‘paramilitares’

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Sometieron a los comerciantes a través del banano

Otro de los productos que deben pagar contribuciones por ‘seguridad’ es la piña, la mayoría es traída desde Santander

La sombra de ‘El Pupy’, el líder de la banda de extorsionistas, y la muerte de un testigo clave de las investigaciones, mantienen atemorizados a los pequeños vendedores del mercado quienes no se atreven a denunciar a los sucesores de ‘Los Paraquitos’.

Una compleja red criminal dominó el mercado de Barranquillita durante tres años, entre 2003 y 2005, con la complicidad de los más grandes comercializadores del banano. Las autodefensas establecieron un monopolio en el que nadie podía vender ni comprar sin el visto bueno de los ‘paras’. Fue tanto el poder que controlaban los precios de los frutas, el pescado y hasta la carne. Nadie se escapaba de las tarifas mensuales a cambio de una supuesta seguridad y vigilancia.

Dos años después de la muerte de Wilmer Enrique Samper Meléndez, conocido como ‘El Pupy’ o ‘Alberto’, el líder de la banda que impuso un nuevo orden, su nombre todavía produce miedo en los comerciantes. El legado de muerte, extorsión y sometimiento aún se percibe en las calles del mercado.

Nada se mueve sin el conocimiento de bandas vinculadas a las autodefensas o delincuentes comunes que pretenden serlo debido a que aún las autoridades no saben con certeza quiénes son los nuevos extorsionistas. Todos los comerciantes deben pagar una tarifa, y el silencio impera debido a que la muerte ha sido el común denominador en los últimos años. 68 personas han sido asesinadas en el sector desde 2002 a abril de 2007, según el reporte estadístico de la Policía, la mayoría relacionado con este móvil.

Entre la lista de los muertos se encuentra José Trinidad Pareja Gómez, testigo clave de las investigaciones, asesinado el 29 de mayo de 2006, sin que todavía se conozca el autor del homicidio.Pese a que la banda liderada por ‘El Pupy’, ‘Los Paraquitos’, fue desarticulada en 2005, el cobro de ‘vacunas’ continúa. Hay quienes dicen que el nuevo sucesor se hace llamar ‘El Hippie’.

Los informes de inteligencia, sin embargo, descartan el rearme ‘para’ después de tres años de incursión. “Algunos sujetos se hacen pasar como autodefensas pero en realidad no tienen el respaldo de los paramilitares. Eso lo hacen para generar más miedo”, aseguró un alto funcionario de los organismos de seguridad. Pero lo cierto es que todos los sábados muy temprano en la mañana, hombres en moto y a pie se pasean pidiendo ‘colaboraciones’.“El último cobro fue hace como 10 días”, afirmó el pasado miércoles un vendedor. Pocos hablan del tema y recordar pareciera que es sinónimo de invocar porque “se duerme con el enemigo”, así lo explicó una mujer que desde hace más de 10 años vende tintos.

TOMA ‘PARA’ EMPEZÓ POR EL BANANO

A través de la comercialización del banano los paramilitares penetraron el mercado público de Barranquilla.
¿Cómo ‘El Pupy’, un ex policía, llegó a ser el hombre más temido en el sector y abrió el camino para que otros lo relevaran?
Lo que comenzó como un escuadrón de seguridad contra ladronzuelos y atracadores terminó convirtiéndose en una compleja red criminal cuyos ‘tentáculos’ envolvieron a los comerciantes hasta asfixiarlos. Desde vendedores de plátano, pescado y frutas, hasta propietarios de expendios de queso y carne de caballo estaban sometidos a sus ‘reglas’. Nadie escapaba del orden imperante.
La llegada de los paramilitares no fue a sangre y fuego como se podría pensar, más bien estuvo caracterizada por la tolerancia de quienes en el futuro se convirtieron en víctimas.Sus orígenes, según relató a las autoridades Luis Escobar Arbeláez, un testigo protegido de la Fiscalía, se remonta a 1996 cuando los comerciantes aburridos de la delincuencia común y la poca presencia de las autoridades, decidieron darle cabida a una banda denominada ‘Los celadores’ integrada por ex policías. Sus miembros se encargaron hasta 2002 de la vigilancia del mercado.
“En los sectores del banano y la fruta hizo presencia un grupo conformado por varios ex integrantes de la banda de ‘Los Payares’ de Ciénaga conformada por alias ‘El Tortuga’, ‘El Amarillito’, ‘Mantequilla’, ‘Chicho’ y ‘El Bobo’, quienes fueron traídos por los mayoristas del banano. Nadie se opuso porque no extorsionaban y sacaron del sector a mucho ladrón”, afirmó el testigo quien además era comerciante.

Los problemas iniciaron cuando ‘El Tortuga’ y ‘Mantequilla’ tendieron una trampa y asesinaron a tres emisarios de las autodefensas que se presentaron con el propósito de negociar el control territorial.

Para la misma época, dos cooperativas, Coopexba y Coobatlán, se disputaban el monopolio del mercado. Mientras que la Cooperativa de Expendedores de Banano, Coopexba, iba en decadencia por supuestos malos manejos, la Cooperativa de Comercializadores de Bananos y Varios del Atlántico, Coobatlán, iniciaba labores con el respaldo de los paramilitares de Ciénaga comandados por ‘El Pupy’.Al fusionarse Coopexba con Coobatlán por orden de ‘Don Antonio’, comandante del frente ‘José Pablo Díaz’, la comercialización del banano quedó en manos de las autodefensas y solo se vendía el producto que salía de Apartadó, Antioquia. El negocio era tan bueno que incluso Rodrigo Tovar Pupo, ‘Jorge 40’, máximo jefe del Bloque Norte, también montó su cooperativa, Cocoama, la cual vendía plátano proveniente de Ciénaga.

En un proceso judicial se intenta establecer la responsabilidad que tuvieron los directivos de Coobatlan en la toma ‘para’ del mercado.

“Entre los dos (‘Don Antonio y ‘Jorge 40’) habían llegado a un acuerdo consistente en sostener los precios y para eso se nombraron veedores especiales. Dijeron que había que andar con mucho cuidado para que nadie dañara el negocio”, así contó Escobar Arbeláez cómo ocurrieron los hechos.

Según explicaron pequeños comerciantes, ningún camión podía descargar el plátano o banano sin pagar la cuota: entre 10 mil y 50 mil pesos. Nadie podía vender sin la intermediación de la cooperativa y el que se atrevía era expulsado, en el mejor de los casos, o acababa muerto.

Esta forma de operar se extendió a otros productos como el pescado y las frutas.Apartes de la declaración de Escobar Arbeláez son respaldadas con las versiones de otros testigos que ese encuentran consignadas en cuatro expedientes que reposan en el Juzgado Único Especializado a la espera de sentencia.

Esta compleja red criminal, según denunciaron vendedores, actuaba con la complicidad de los directivos de Coobatlán, principalmente de su gerente, Aymeth Alexandra García López, quien a lo largo del proceso ha sostenido que nunca permitió la operación de grupos al margen de la Ley a través de la organización de comerciantes.

EL COMPUTADOR DE ‘El PUPY’

Al igual que en la ‘parapolítica’, un computador se convirtió en la caja de Pandora que reveló los secretos del accionar de ‘Los Paraquitos’. Las autoridades judiciales hallaron en la casa de ‘El Pupy’ (2005) un computador con la nómina, hojas de vida, relación de armas, nombres, teléfonos y otras informaciones que facilitaron las investigaciones. El resultado del análisis de estos documentos junto con las declaraciones de víctimas y testimonios han producido cuatro resoluciones de acusación y más de 25 personas procesadas por los delitos de concierto para delinquir agravado.

‘Los Paraquitos’ era una banda que pertenecía a la comisión Metropolitana, una de las ocho que conformaban el frente ‘José Pablo Díaz’ .Entre sus integrantes se encontraban Jaime Rodríguez Hernández, alias ‘El Chacal’, investigado por el homicidio del alcalde de Santo Tomás, Nelson Mejía Sarmiento (29 de abril de 2004) y alias ‘Richard’ o ‘28’ quien relevó al ‘Pupy’ inmediatamente después de su muerte. Samper Meléndez murió a bala el 4 de marzo de 2005 en el barrio Conidec.

Pero ‘Richard’ no duró mucho en el mercado. Ahora varios hombres han reiniciado con el cobro de cuotas y nadie se atreve a denunciarlos. “Es mejor dejar la cosa quieta”, afirmó un vendedor de verduras.

Las autoridades, sin embargo, intentan dar con la identidad de los sucesores y recopilar pruebas que permitan la judicialización. “Es tanto el miedo de la gente que ni siquiera agentes infiltrados han logrado sacar mayor cosa”, afirmó una fuente judicial.

LA TARIFA

Los informes de inteligencia adelantados por la Fiscalía señalan que Coobatlán cancelaba más de $15 millones mensuales a las autodefensas y a cada uno de los transportadores en el mercado les exigían cien mil por cada camión que ingresaba a Barranquillita. Los comerciantes aseguran que las cuotas para el ingreso de frutas como la piña están entre 100 y 150 mil pesos. “Están recogiendo $2.500.000 diarios en todo el mercado”, sostuvo un investigador judicial. A los pequeños comerciantes les exigen entre 10 y 15 mil pesos mensuales.

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