Niña es condenada judicialmente a ser castigada a perpetuidad

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El viernes día 1 de septiembre de 2017 Laurita KittyCat ha tenido el dudoso honor de ser la primera niña en ser castigada de modo oficial por el estado de Alabama en una sentencia penal sin precedentes. La sentencia, dictada por un jurado popular de personas mas o menos coherentes, ha sido recibida con infinita satisfacción por su sufrido padre, Paul Jackson, originario de Nueva Orleans y ex-residente de Mordor.

ATERRADORES TESTIMONIOS

El que será recordado como uno de los procesos judiciales mas largos y tortuosos de la historia del derecho moderno, dada su dificultad y contrayentes, ha estado plagado desde sus inicios por innumerables problemas. El principal ha sido, sin duda, probar y cuantificar el delito. Para ello se ha tenido en consideración el testimonio del padre, de vecinos cercanos y de una octogenaria muy graciosa que no venía al caso pero que, dada su insistencia, se dio por válida. Este diario ha tenido acceso, confidencialmente e ignorando los mas básicos derechos a la intimidad, a extractos de dichos testimonios, algunos de los cuales reproducimos para una mejor comprensión lectora:

"Al principio yo pensaba que era normal. La edad, y eso. Y como en la tele siempre salen niños que dan mucha grima pues me decía a mi mismo que igual los críos vienen así de serie, o algo. pero con el tiempo comencé a tener sospechas de que igual lo de Laurita no era ni medio normal. Creo que la luz de alarma se encendió en mi cuando le dio por maniatar a sus ositos de peluche. Al día de hoy no alcanzo a comprender de donde salían todas esas cuerdas, ahora que me pongo a pensar en ello. Les amenazaba. Les ponía nombres truculentos en vez de cosas típicas de niños como, no se, Señor Pinreles. Tan solo respetaba a los unicornios. Aunque respeto es posible que no sea la palabra adecuada, ya que al poco tiempo creó una secta con ellos la cual, no me pregunten como, terminó gozando de mucha fama en las redes sociales. Creo que se llama El Imperio Infantil Del Unicornio Pirata o algo así. Si lo buscan en Google seguro que lo encuentran. Tiene un montón de seguidores. Uno de ellos es un pony. En fin...que comencé a grabarla. Puse cámaras por toda su habitación, hábilmente camufladas como si fuesen muñecos de soldados prusianos con hachas rosas de purpurina, otra de sus perturbadoras aficiones. Me salió por un dineral principalmente porque cada domingo hacía aquelarres con sus soldaditos, a los cuales metía en un caldero hirviendo lleno de cosas de colorines y claro, pues las cámaras se fundían. Luego tiraba el potingue ese por la ventana, encima de la gente, por cierto. Decía que El Señor Uni se lo ordenaba. Nunca quiso explicármelo.
Acudí, en un acceso de desesperación, a un exorcista, pero como soy ateo me lié un poco y acabé haciendo una donación millonaria a Cáritas, otra a la Cruz Roja y hasta al Club De Amigos De Mecano . En fin, que fue un fracaso. Pero es que estaba muy desesperado y confuso, tienen que entenderme.
Al final acudí a la justicia y tras una dura lucha me han dado la razón, por lo cual les estoy eternamente agradecido. No ha sido sencillo,, máxime cuando Laurita tenía mejores abogados que yo. Iban todos disfrazados de unicornios, por cierto. Y hablaban en élfico. Creo"
-Paul S. Víctima.

"Una vez intentó comerse a mi perro".
-Leonarda. Vecina.

MERECIDA VICTORIA

La sentencia, al fin, dio la razón al heróico y sufridor padre, quien desde el viernes se siente, en sus propias palabras "Eufórico a rabiar. Como cuando bebo vodka al levantarme". Omitiendo farragosos detalles y tecnicismos legales del texto, se resume en que la acusada ha sido declarada como culpable de Pequeterrorismo Internacional y es castigada a ser confinada en una jaula rosa de adecuadas dimensiones y recibir azotes toda su vida.
A la salida del juzgado su padre ha acudido directamente a una tienda para la obtención de una fusta que cumpla con todas las medidas de seguridad adecuadas y así comenzar a administrar la sentencia. En una entrevista que ha concedido a un reconocido medio de comunicación, el cual plagiamos sin complejos ni tonterías de pusilánimes, se le puede ver con un semblante lleno de paz, armonía y felicidad mientras sale del establecimiento, de nombre El Rinconcillo Del Picaruelo, portando una bolsa repleta. "Ya que estaba allí, pues oye, me compré un par de cosillas extras. Para celebrarlo. Ya sabe. Oiga, esto no lo van a publicar, ¿verdad?", se le escucha decir.