Lo que dejó la desastrosa, deficiente, ineficiente y egoísta gestión de “Camau” Espínola como Secretario de Deportes de la Nación
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Gonzalo Bonadeo, reconocido periodista deportivo publico una nota en la que describe con crudeza y trata de trazar la gestión de “Camau” Espínola al frente de la Secretaria de Deportes de la Nación. La tituló “Las miserias del CENARD” en la que detalla como el deporte argentino llego a un declive mundial respecto a la mala administración por parte de sus autoridades.
Recordemos que quien fuera uno de los deportistas más importantes en la historia olímpica Argentina recibió un premio consuelo por parte de su allegada y ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, tras haber perdido en su provincia natal las elecciones para gobernador en el año 2013.
Al asumir como Secretario de Deporte, saco a la luz su inexperiencia para conducir un organismo de esta magnitud, sumado a una descuidada y negligente conducción dejo a la deriva a los deportistas argentinos que se preparaban para participar en los juegos olímpicos. Pero esto no es todo, el CENARD(Centro Nacional de Alto Rendimiento) considerado espacio de excelencia para la preparación de nuestros atletas en donde concentran los mejores deportistas incluyendo delegaciones de los seleccionados argentinos, ya sea realizando entrenamientos y prácticas para perfeccionar su disciplina deportiva o bien compartiendo este lugar con los demás antes de una competición, se vio arrasada por esta mala gestión de Espínola, que dejó un saldo de canchas en estado desastroso, faltantes de materiales y mantenimiento de las instalaciones, pasillos, oficinas, abandonadas hasta la grosería.
En el 2015, la WADA –Agencia Mundial Antidoping– anunció que la Argentina estaba fuera de los parámetros que rigen los acuerdos internacionales respecto del proceso de control de sustancias prohibidas. Esta situación evidencio las series irregularidades de la Secretaría de la Nación comandada por Espínola.
Además, desde la WADA aseguraron que es relevante que el Gobierno, por ese entonces kirchenerista, no haya cumplido con su promesa de constituir formalmente la ONA –Organización Nacional Antidopaje.
El hecho de que alguien con su estirpe de deportista no haya tenido la prudencia de, al menos, responder a los requerimientos del máximo organismo de control antidoping del planeta expone la inoperancia del medallista en su gestión como Secretario de Deporte.
Tanto como permitir –o no denunciar a tiempo– la subejecución del presupuesto para desarrollar un programa contra el consumo de sustancias prohibidas.
Por este motivo, es impropio que un deportista de su magnitud haya convertido en ese momento a la Secretaría de Deporte en un espacio de transición para su carrera política: no pudo ser gobernador, asumió en Deportes. Soy senador, me voy de Deportes.
Hoy el escenario es el mismo que en otros años, con los mismos condimentos, una nueva postulación para tratar de gobernar la provincia de Corrientes. Pero en este caso, podemos darle atributos políticos en promesas de campaña electoral como las que ya nos tiene acostumbrados a no cumplir. No hay peor gestión que la que no se hace, es una frase popular.
Camau fue encontrándose, con el tiempo en su incursión en la política, a gusto de a poco en un mundo que le era ajeno. Esa estrategia, aunque efectiva en muchas ocasiones, es negligente y egoísta. El candidato que busca fortalecerse lanzando escupitajos hacia arriba que le van a pegar en la frente en cualquier momento.
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