Luis Heraclio Millonario

Este es un sitio web satírico. No lo tomes en serio. Es una broma.

2059 20990 Compartes

AQUELLOS CLUBES NOCTURNOS DE VALENCIA

La historia de una ciudad no está conformada solamente por las bellas artes, la política y la cultura tradicional, sino que todos los aspectos de la vida de una sociedad deben ser registrados por la crónica, en ese orden de ideas hemos tratado en estos grupos, uno de esos capítulos olvidados, como es parte de la crónica criminal que nos ha sacudido como colectividad y hoy vamos a recordar otro punto que ha estado ausente de estos sites: los clubes nocturnos. La historia de estos lugares de Caracas ha sido tratada, entre otros, por el famoso Oscar Yanes, en “Del Trocadero al Pasaoga” y “Los Años Inolvidables”, donde recordaba a los primeros locales nocturnos en la capital, aparecidos en tiempos de Medina Angarita y Pérez Jiménez, cuando aquel francés de apellido Dellofre trajo las primeras bailarinas de poca o ninguna ropa a sus famosas salas de espectáculos. Por allí desfilaron las famosas rumberas caribeñas y nudistas europeas de aquellos años cuarenta y cincuenta. No tengo conocimiento de cuando ni dónde apareció el primer club nocturno de Valencia, pero creo que debió ser en la década de los setenta, con el boom petrolero en tiempos de Carlos Andrés Pérez. Posiblemente fue el “Hollywood”, en plena avenida Bolívar, a pocos metros del rectorado de la U.C., el primer negocio de su tipo abierto en Valencia. En sus tiempos de esplendor llegó a presentar verdaderas revistas musicales, con una docena de bailarinas en escena, con coreografía profesional y lujosos y diminutos vestuarios. En la avenida Bolívar el “Hollywood” tuvo dos competidores: mucho mas al norte, llegando casi a la redoma de Guaparo, un local que se llamaba algo así como “Noches de Brodway”, tipo teatro y bastante lujoso, pero de efímera existencia, y un en las inmediaciones de la Plaza Urdaneta el “H20” que en algún tiempo también funcionó como discoteca. Aunque el público de estos locales era mayoritariamente caballeros, no era raro, que al despuntar la madrugada, llegaran algunas señoras muy bien vestidas, que luego de alguna fiesta “bien” le pedían a sus acompañantes las llevaran a ver uno de esos shows “que a ustedes los hombres les gustan”. También se veían a esas horas, algunas “pavas” acompañadas de sus parejas, que luego de una jornada de discoteca terminaban la rumba queriendo ver un show picaresco. Generalmente fungían como porteros en esos clubes algún mulato de 90 kgs de peso que inspiraba respeto a los transeúntes y clientes y vigilaba los carros que los despreocupados clientes dejaban a las puertas del negocio, sin temor a que ocurriera mayor cosa. Muy contrario a lo que algún opinador pudiera pensar, rara vez se presentaban en estos locales problemas de orden público y las jornadas transcurrían en sana paz, quizás mucho mas tranquilas que la discotecas de “pavos” donde el ímpetu juvenil ocasionaba algunas reyertas. También existían en otros lugares de la ciudad: en la av. Las Ferias existió un inmenso local, que al contrario de los otros, que siempre eran oscuros, este se encontraba muy bien iluminado, llamado “El Vacilón”, frente al actual palacio de justicia estaba “La Manzana Tentación” y mas allá, frente a la bomba Atlas “La Media Naranja”. En la av. Humberto Celli, frente a Firestone estaba el “Playboy”. Finalmente, en la av. Lara estaban el “Infinity” y el “Estrella de Mar” que era la competencia más fuerte del “Hollywood” y es uno de los que creo que todavía existe. Era una época en la que cualquiera podía salir de rumba a donde quisiera, hasta las cinco de la mañana, sin mayor temor a secuestros Express que no existían o atracos que eran escasos. La jornada se podía terminar en “El Arepazo Criollo” o en el “D*Arauco” en la av. Bolívar, abiertos las 24 horas del día... Con el tiempo, seguramente con el interés de incrementar las ganancias, casi toda cervecería o discoteca del centro y sur de la ciudad presentó una o dos bailarinas, sin belleza ni gracia, lo que llevó al decaimiento del ramo, aunado esto a la galopante inseguridad, que hizo que andar de madrugada por las calles sea una acción de verdadera temeridad. Para la elaboración de este artículo tuve que consultar viejos libros en la biblioteca, porque yo nunca fui a esos sitios y solemnemente prometo no volver. ;) .

Este es un sitio web satírico. No lo tomes en serio. Es una broma.

loading Biewty