Fallece Simón, mítico vendedor de bocatas en el barrio de Salamanca
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Queridísimo por todos los jóvenes trasnochadores de Madrid, Simón Iliescu era conocido por vender bocadillos de jamón y chorizo frente a la discoteca Green, bajo el puente de Juan Bravo. Por tan sólo tres euros, Simón, con suma delicadeza y cariño, era capaz de preparar media baguette de embutido antiresaca al que, a gusto del consumidor, podía añadir lonchas de tomate previamente cortadas en casa por su esposa, Mihaela Ilescu, quien lamenta más que nadie la pérdida de su marido y compañero de vida. “Mi esposo trabajaba de lunes a viernes en la ferretería que montó hace 32 años cuando llegamos a Madrid. Pero todos los viernes y sábados acudía a la panadería a por pan y a la charcuteria a por jamón. Yo compraba los tomates, y por las noches se iba a la puerta de la discoteca a venderlos por cuatro pesetas. Apenas ganaba nada pero siempre me decía que no podía dejar tirados a los chavales”, confiesa Mihaela entre lágrimas. “Yo le decía que lo dejara, que un día le iba a pasar algo. Ya fuera pillarse una neumonía o que le hiciera alguna jugarreta el puerta de la discoteca, ese tal Adrián que le robaba bocadillos y le despreciaba”, sentencia la mujer desconsolada.
Simón falleció el pasado viernes 1 de marzo a sus 72 años debido a un paro cardíaco. Lo hizo en el puesto de bocatas que regentaba desde hacía más de diez años. “Creo que es lo que hubiera querido, la forma de morir que hubiera escogido ”, afirma uno de sus clientes habituales, que estuvo presente la fatídica noche y que cuenta que, desde entonces, en la discoteca y a las 5 en punto de la mañana, siempre se guarda un minuto de silencio por Simón, el hombre que aliviaba sus resacas y que el próximo mes de agosto tendrá una estatua en su honor bajo el puente de Juan Bravo, de manera que nunca sea olvidado. Y en su mano, como no podía ser de otra manera, habrá un bocata.
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