DOS AÑOS DE CARCEL POR JUA PATADA A UN PERRO, POR ACOSAR A SU PERRA
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El magistrdo de la sala tercera del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, señor Augusto Rendueles, dictó sentencia contra Felipe Rubial, al cual impone dos años de prisión y la indemnización al dueño del perro de dos mil euros.
El acusado, al ver que no podía hacer nada y sin que nadie lo esperara, subió al estrado y le dio un bofetón al magistrado que lo sacó del asiento, cayéndose al suelo del sonoro bofetón recibido. Acto seguido, se dirigió al dueño del can agredido y con un móvil de grandes dimensiones, le pegó sin contemplaciones, haciéndole sangrar abundantemente por las narices.
No contento con todo lo acontecido, agarro por los huevecillos al perro y éste, aullando como un poseso, le daba vueltas cómo se fuera un ventilador, mientras, a voces le repetía ¡ No es no hijo puta!
El espectáculo fue de película e increíblemente divertido, nada igual a lo que acontece en los juzgados.
Intervino la guardia civil para calmar los ánimos y recuperar el perro que, entre los dientes, lo tenía agarrado el condenado. Hubo que hacerle la corbata colombiana para recuperar el can y posteriormente, ponerle las esposas y una escafandra en la cabeza, para evitar los ataques a mordiscos que algunos guardias llevaron a casa.
El condenado, duerme en el penal de Villabona. El magistrado está ingresado en el HUCA, con ansiedad y una paranoia de narices, tiene miedo de que le de otra hostia y no es capaz a dormir.
El perro, sufre un trastorno de personalidad y maulla como un gato. Así mismo el dueño del can, tiene incrustado un trozo de móvil en la nuca, a la espera de que se lo extraigan, así como un trozo de pantalla entre el maxilar superior del mentón derecho.
Seguiremos informando desde tribunales que se pone divertido.
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