Donald Trump: "El coronavirus es una farsa"
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Escándalo tras escándalo, este es el final de Donald Trump.
El pasado viernes por la noche, el que hasta hace un año era el presidente de Estados Unidos soltó una noticia que, no solo indignó a la población, sino que le aseguró la condena de muerte: "El coronavirus es una farsa" informó con una actitud tan relajada que dejó a sus oyentes con la boca abierta.
"No había forma de controlar a la población" le respondió al periodista que le preguntó el motivo por el cual tomó una decisión tan drástica "así que propuse inventarnos un virus que hiciera que la población confíe de nuevo en el gobierno, que dependieran de nosotros. Y no diré los nombres, pero los presidentes de otros muchos países estuvieron de acuerdo en llevar esto acabo. A las personas que tenían una simple gripe, les diagnosticaban coronavirus"
Los periodistas se abalanzaron contra él, lanzando una pregunta tras otra y obligándolo a retroceder sin poder escuchar nada de lo que decían. Entre el barullo, se escuchó a una chica menuda, pero con una voz lo bastante potente como para que se oyera, de forma clara, por encima de los demás: "¿Y las muertes?" cuestionó, "¿Qué pasa con las muertes que esto ha ocasionado?"
Y pareció ser una respuesta que todos querían escuchar, porque se hizo el silencio entre los presentes. El presidente Donald Trump carraspeó tras echar una breve mirada hacia atrás, como si calculara la distancia entre el lugar en el que estaba parado y la puerta que tenía, abierta, justo atrás. "Sobornamos a varios médicos que, además de diagnosticar coronavirus a aquellos que tenían una simple gripe, los mataron para alcanzar una cifra de muertes capaz de amedrentar a la población" Y fue lo último que dijo, porque los presentes se abalanzaron a él, aunque nada más acabar la frase el ya estuviese corriendo la distancia que había calculado anteriormente.
Ahora se dice que está encerrado en el Búnker de la Casa Blanca esperando a ser juzgado mientras que, el patio del lugar en el que reside Trump, está abarrotado de gente exigiendo que sea condenado a muerte.
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