Las formas más curiosas del mundo de recibir el año nuevo Desde romper la vajilla del año anterior hasta hacer sonar las campanas 108 veces, te contamos las formas más curiosas de recibir el nuevo año.
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El momento expectante de cada 31 de diciembre, cuando el reloj marca las 12, todos celebran la llegada de un nuevo año, aunque existen diferentes maneras de recibirlo. El año nuevo del calendario gregoriano, actualmente utilizado en casi todo el mundo, tiene llamativas formas de comenzar el nuevo año. ¡Te contamos algunas de las tradiciones más curiosas!
Dinamarca:
Los daneses reciben el año nuevo con una curiosa tradición: romper los platos tras la cena de fin de año. Antiguamente la vajilla se estampaba contra la casa de los seres queridos, lo cual significaba cariño y buenos presagios para el año siguiente.
En Dinamarca también está el rito de saltar desde lo alto de una silla cuando son las doce en punto. Esta tradición traería buena suerte para todos los que lo hacen.
Italia:
Como símbolo de riqueza y dinero, la cena de lentejas no puede faltar en Italia durante la cena de fin de año. La costumbre dice que cuanto más se come, más se gana. Una creencia que viene de lejos, puesto que los romanos regalaban a principio de año estas legumbres con la intención de que se convirtieran en monedas de oro que incrementaran su poder adquisitivo.
Japón:
En la cena de fin de año nunca faltan los soba, fideos de trigo tradicionales en esta noche del año. Los soba, por su longitud, simbolizan prosperidad y un augurio de larga vida. A medianoche los templos hacen sonar sus campanas 108 veces para purificar los 108 deseos mundanos que, según la doctrina budista, causan el sufrimiento humano. Los japoneses salen entonces a visitar los templos y brinda con amazake, un alcohol que se sirve muy caliente.
Puerto Rico:
Algunas familias puertorriqueñas tiran cubos de agua por la ventana para librarse de los problemas en Nochevieja. Otra práctica antigua, que va en desuso por su peligrosidad y porque es ilegal, es disparar tiros al aire.
Rusia:
Una tradición de Nochevieja en Rusia es escribir el deseo para el nuevo año en un trozo de papel, prenderle fuego y soltar el fuego y las cenizas sobre una copa de champán. Luego hay que beberse el mejunje a las 12.01.
Escocia:
El Hogmanay se disfruta con dos días festivos (el 1 y el 2 de enero). Junta tradiciones paganas y ancestrales con festivales modernos, siempre alrededor del fuego. Desfiles de antorchas, fuegos artificiales, chimeneas humeantes y hogueras… El poder purificador del fuego domina Escocia en Nochevieja para ahuyentar a los malos espíritus del año y estrenar enero con ilusión renovada.
Filipinas:
En Nochevieja, los lunares son el dibujo habitual en los trajes y vestidos de muchos filipinos. Todo vale: vestidos, camisas, faldas, zapatos, bolsos… También conviene que la prenda tenga al menos un bolsillo para poder meter monedas y hacerlas sonar cuando lleguen las doce. Las figuras pequeñas y redondeadas forman parte también de la comida de ese día. En Filipinas creen que esta costumbre les traerá prosperidad en el nuevo año por la asociación de los puntos redondos con las monedas y riqueza.
Argentina:
En nuestro país una de las tradiciones femeninas es regalar ropa interior de color rosa. Para algunos, la costumbre tiene un origen pagano ligado a la procreación y la fertilidad; para otros, está ligada al mundo religioso, en concreto al período litúrgico de Adviento en el que se encendía una vela rosa como símbolo de alegría por la llegada de Jesús al mundo.
Estados Unidos:
Besos para todos en Nochevieja. La tradición más romántica la encabeza Estados Unidos, un país donde no puede faltar el beso de medianoche. Aunque no se conoce con precisión el origen de este rito, hay explicaciones para todos los gustos. La más curiosa sitúa la fecha de inicio en la época romana, cuando durante el festival de Saturnalia –con fecha próxima al Año Nuevo– todos los asistentes se besaban. Los estadounidenses creen que no dar un beso justo después de las doce de la última noche del año asegura 365 días de soledad.
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